RETAZOS 063 Sergei lee a Confucio


Andaba Sergei ocupado en leer los Aforismos de Confucio y se atrancaba al querer establecer su relación con Lao Tsé. Se dirigió a su Maestro en busca de enseñanza y éste le dijo:
- Si quieres, Sergei, podríamos comentar algunas de las máximas de Confucio que vienen en sus Analectas. Verás que no se trata sino de una manera de comportarse la persona educada.
- ¿Acaso no es una religión?
- ¡Ni mucho menos! Confucio es la sensatez en persona y algunas tradiciones religiosas no tienen muy en cuenta al ser humano con los pies sobre la tierra. Reenvían los problemas a un hipotético paraíso.
- Y tú, Venerable señor, ¿cómo te organizas?
- Antes de venir aquí, trataba de conducir mi vida según la vía del taoísmo, pero si hubiera tenido que gobernar un reino seguiría las ideas de Confucio.
- Rostro sereno, ¿Y desde que has topado con la enseñanza del Buda?
- Ahora, cuento cuentos para que Sergei se gane algún dinero cuando los publique.
- ¿Yo? ¡Maestro!
- Primero el té, y luego...
- -... los alcorques, pero antes, dame una pista, Luz que ilumina.
- "Nueve son las cosas en las que piensa la persona virtuosa: ver claramente cuando mira; escuchar con precisión; ser cortés; tener un porte respetuoso y digno; ser reverente en sus ocupaciones; preguntar cuando duda; pensar en las consecuencias de su ira; pensar en la justicia siempre que haya una posible ganancia".
- ¡Voy de vuelo, Maestro!

José Carlos Gª Fajardo


Este texto pertenece a la serie 'Retazos de Sergei', una colección de cuentos orientales adaptados a nuestro tiempo