RETAZOS 050 Zoquete

No existe un único camino hacia parte alguna. Cada uno debe de seguir su propia senda. Inventarla si es preciso, lo que significa "encontrarla". (De invenire)
Pues bien, había un discípulo que andaba siempre preocupado en estudiar los antiguos textos de las más diversas tradiciones. No se ocupaba en lo único necesario, mirar, escuchar, saborear desde el silencio. Éste se empeñaba hasta en "escuchar el silencio". Tarea imposible.
Un día, se postró ante el Maestro y le espetó, de entrada:
- ¡Venerable Señor, estoy muy confundido! ¿Por qué existen tantas religiones, tantos caminos, demasiadas místicas y tradiciones si, en definitiva, el camino sólo puede ser uno?
- ¡Insensato!, - le respondió el Maestro -. Cada persona es un camino, una enseñanza, una posibilidad infinita.
- Pero...
- ¡Ni pero ni manzana!, - respondió de buen humor el anciano -. De haber algo, cada uno debe escoger lo que mejor le vaya, la senda que mejor le conduzca a la cima de la montaña. 
- ¿Y cuando llegue allí? -, dijo el discípulo que no tenía un pelo de tonto.
- Pues se encontrará con que no hay nada. ¿O no es este el significado del "neti, neti". "Ni esto ni lo otro", de todas las tradiciones.
- ¡Pues estamos bien con lo que me dice, Maestro! Aquí veo un radical escepticismo, - repuso el joven sin inmutarse.
- Y yo lo que veo es un trascendental zoquete. ¡Vuelve a por otra!
Y dicho esto, el Maestro se alejó con la más amplia de sus sonrisas a quemar unas varillas de incienso ante el altar de Buda. ¿O era el de Shiva?

José Carlos Gª Fajardo


Este texto pertenece a la serie 'Retazos de Sergei', una colección de cuentos orientales adaptados a nuestro tiempo