RETAZOS 041 Babeles
Este cuento lo escuché de labios de mi madre hace ya muchos años. Entonces, no imaginaba la importancia que iba a tener en mi vida… porque casi todos los conflictos se reducen a una falta de comprensión, y de entendimiento. Cuatro peregrinos de diferentes países se encontraron en el camino a un santo monte. Vivían de la generosidad de las gentes y una vez que una persona les dio unas monedas para los cuatro decidieron comprar algo para comer juntos. El persa dijo: - Yo quiero comer angur. El árabe replicó: - Ah, pues a mí lo que me apetece es inab. Protestó con violencia el turco: - De eso nada, yo lo que quiero comer es uzum. - Bueno, bueno, - dijo con algo de chanza el griego -, después de tanto caminar con vosotros, hermanos musulmanes, mi paciencia no se aviene a comer cosas extrañas, yo quiero comer stafil. Y no se hable más. - ¿Cómo que no se hable más?, - gritaron al unísono los otros tres. Se armó tal trifulca que los peregrinos llegaron a insultarse con violencia como si les fuera en ello la vida, y hasta su identidad nacional, religiosa o étnica. Menos mal que pasó por allí un hombre sabio, ducho en lenguas, y al ver la algarabía que se había formado, les pidió el dinero y se fue a comprar lo que todos deseaban. Al cabo de un rato, regresó con sendos racimos de uvas que era lo que cada uno de ellos había pedido en su propia materna. |
José Carlos Gª Fajardo
Este texto pertenece a la serie 'Retazos de Sergei', una colección de
cuentos orientales adaptados a nuestro tiempo