Suenan los tambores

Dice el ministro de Defensa que “necesitamos un Ejército moderno con armamento adecuado a las misiones que tenemos que realizar como miembros de la OTAN y de la UE”. Pero en una sociedad caracterizada por la revolución de las comunicaciones las únicas misiones que la sociedad civil acepta son las inspiradas por la paz como fruto de la justicia, las de solidaridad con otros pueblos, las que promueven la educación, la sanidad para todos, las que buscan la erradicación de cualquier marginación por causa de etnia, sexo, religión o ideas políticas.
El mundo se ha hecho abarcable, podemos hacernos conscientes de nuestra responsabilidad compartida y alzar nuestra voz para rechazar los atentados al medio ambiente. Denunciar a los gobiernos controlados por empresas contaminadoras y que, como el de EEUU, boicotea el Protocolo de Kioto. Ante irracionalidades semejantes, tenemos que exigir a nuestros políticos que, si es preciso, rompamos relaciones con autócratas como Bush que se ha convertido en el hombre de paja de las petroleras. ¿Qué podría sucedernos en comparación con la muerte de la vida en nuestro planeta?
Añade el ministro que las fragatas F-100 y los buques LPD se han vuelto obsoletos y tendrán que completarse con submarinos S80. El mejor destino de los submarinos es que desaparezcan porque son arsenales flotantes, contaminan los mares, destrozan los habitats de la pesca y se han vuelto inútiles ante las nuevas tecnologías: son dinosaurios inservibles. No hay más que contemplar los cementerios de submarinos nucleares, que silencian los gobiernos.
Añade el ministro que en el Ejército de Tierra había transportes atrasados y que el programa de tanques Leopard y de vehículos Centauro ha supuesto una revolución.
Aparte de la incongruencia de que los tanques los tenemos alquilados a Alemania por una enormidad de dinero que podría servir para que las pensiones de nuestros mayores alcanzaran niveles de dignidad y no de miseria, produce risa imaginar a esos monstruos luchando contra un hipotético enemigo. ¿Contra cual si nuestros vecinos, Portugal y Francia, pertenecen a la UE y a la OTAN?
Como insiste el ministro de Defensa en que necesitamos helicópteros de ataque (sic) “para ir más allá de nuestras fronteras” y que por eso hemos incorporado el avión de combate Eurofighter y el avión de transporte A-400-M, añade que necesitamos misiles capaces de alcanzar objetivos a 300 kilómetros de distancia... para defender Ceuta y Melilla. Cvon un costo de 300.000 millones de pesetas.
En total, necesitan más de un billón de pesetas que pretenden obtener del desmantelamiento de cuarteles anacrónicos. Olvidan que esos terrenos fueron requisados a las comunidades municipales y el Ejército se los tiene que devolver sin contraprestación alguna. Si los evalúan en un billón ¿por qué no hacen una consulta popular sobre el destino que queremos dar a ese dinero?
El se queda tan tranquilo cuando Cáritas reconoce que hay más de 8 millones de pobres, 3 millones de parados, gentes sin una vivienda digna e inmigranrtes que necesitan ser acogidos y preparados para integrarse en nuestra sociedad sin perder sus señas de identidad.
Marruecos, el reino de nuestro primo, ha infligido a nuestro país una severa humillación al negarse a renovar, con todo derecho, el acuerdo pesquero del que depende el 90% de una flota pesquera obsoleta y que hace años que nuestros vecinos europeos han reconvertido. Nosotros seguimos faenando en unos caladeros que no nos pertenecen, con artes que destruyen la vida y la supervivencia. Al igual que habíamos hecho en nuestras asoladas costas.
El rey vecino despertó expectativas de modernización, democracia y erradicación de la corrupción endémica que controla la oligarquía vinculada al makzen o palacio. Los militares han hecho sonar los tambores y, al igual que hicieran con un Sahara abandonado por España sin garantizar una autonomía digna y viable, han puesto sus ojos en las plazas de Ceuta y Melilla para distraer al pueblo marroquí de la penuria generalizada.
Es una oligarquía sostenida por EEUU que, con sus bases en Rota y en Morón, quiere garantizar el paso del Estrecho a su bombarderos en misión destructora en Oriente Medio.
Es hora del diálogo contructivo para negociar un estatuto moderno para esas plazas africanas. Sepan nuestros señores de la guerra, que no hay plaza que merezca la vida de un español ni la de un africano. La de ningún ser humano.

José Carlos Gª Fajardo

Este artículo fue publicado en Marzo/Abril de 2001.